Ir al contenido principal

Entradas

DIA 42

          Otra vez por aquí. Rebuscando cosas que contaros. Ya hemos superado, literalmente, la cuarentena, como podéis ver en el encabezamiento de esta entrada. Día cuarenta y dos y aquí seguimos, con menos paciencia, menos ánimo, pero con la firme resolución de que podremos con esto.           Admiro a la gente realista. La gente que lo está pasando mal, que no se oculta en transmitir su malestar por el motivo que sea, la gente que está deprimida o ansiosa, la gente que está preocupada o enfadada. Me he vuelto un poco talibán emocionalmente hablando. Aquellos y aquellas que están viviendo este confinamiento como unas vacaciones, que solo encuentran cosas positivas en todo esto, no los soporto, lo siento. Yo también busco cosas positivas y las encuentro. Me tomo una cerveza o un vino leyendo en la terraza al sol, escucho música, algo de actividad física, practico mi yoga particular que es una tabla de estiramientos de unos cuarenta minutos diarios, veo varias series, hago tareas d
Entradas recientes

DIA 39

          Puede que todo esto que estamos viviendo no sirva de nada. Puede que no terminemos de conocernos ni a nosotros mismos. Que salgamos de este confinamiento siendo los que ya éramos. Tampoco sería malo. Sencillamente es lo que hay. Lo importante es estar por aquí otra vez, sin rebuscar, dando la misma lata que dábamos entonces.           Mientras escribo estas líneas Mayte calma la ansiedad tendiendo la ropa. No es fácil. Manejar las emociones requiere de demasiada habilidad. No estamos entrenados para ello. Las derrotas se acumulan estos días. No hay noticias de esperanza. Me consuela saber que sigo empañando los cristales de vaho. Al otro lado los vencejos han vuelto. Vuelan en espirales ruidosas muy temprano recordándonos que todo ahí fuera sigue igual sin nosotros. Lógico. Nos hemos ganado a pulso estar encerrados viviendo de recuerdos. Nada de lo que respira fuera de nuestras paredes es nuestro, pero no encontraremos la forma de darnos cuenta si algún día volvemos.  

DÍA 32

          Qué rápido pasan las horas, los días, las semanas. Qué lejano parece todo. Qué fugaz es el dolor que pasa a ser sustituido por otro sentimiento totalmente distinto.           Procuro no estar triste, no mirarme mucho al espejo después de tantos días por si el que está al otro lado ya no soy yo.           No quiero anclarme en el duelo. No he podido siquiera. Ha sido un llanto demasiado efímero, lo vi también en el rostro de mi padre cuando hablamos por vídeo llamada. Qué más se puede hacer. Estoy seguro de que no tardando mucho volveremos a dónde solíamos gritar.           Es lunes y toca salir a cazar monstruos. Le he perdido el respeto a los monstruos, igual que ellos le han perdido el respeto a todo el mundo. Me estaré acostumbrando a esta nueva forma de vivir donde el más listillo parece que gana, donde no puedes detenerte a saludar a nadie, donde no hay cabida para abrazos o palmadas en la espalda, donde todos andamos deprisa y giramos la cabeza cuando nos cruzam

DIA 29 CONFINAMIENTO

          A estas horas estoy más sosegado. He llorado a moco tendido entre las cuatro paredes de mi casa. Qué otra cosa puedo hacer.           Mañana seguirán dando estadísticas de infectados, sanados y fallecidos. Puros números. Mi tío Eulalio será un dígito más, como lo fue mi tío José. Hoy quiero recordarlos a los dos. Porque sí. Porque no quiero que su vida quede reducida a un número, no me sale de las narices. Porque nadie se acordará de ellos cuando esto pase salvo su familia. Porque sé que en otras casas están pasando estos dramas pero este drama es el mío y me apetece desahogarme. Porque es muy probable que este blog, cuando esto acabe, no tenga trascendencia alguna (tampoco es que tenga demasiada ahora), pero sí me gustaría que en algún lado, aunque sea en la puñetera red de internet los nombres de mi tío José y mi tío Eulalio salgan, que no sean dos anónimos más. Al menos hoy lo quiero así, no me apetece otra cosa. Si hago lo contrario a lo que ahora me dicta el corazón

DIA 26 DE CONFINAMIENTO

          He dormido diez horas casi del tirón. Increíble. Una buena cura de sueño. Cuando me he levantado pensé por un momento en lo primero que haría cuando todo esto acabe. No supe darme respuesta. Seguramente continuaría con mi vida en el mismo punto en el que la dejé. Como decíamos ayer que diría Fray Luis de León, y no San Juan de la Cruz. ( Dicebamus hesterna die).                     Mi antiguo compañero en la unidad de protección social, Miguel, ha recibido el alta médica. Una alegría enorme. Me comenta que ya puede ir haciendo cosas por casa con total normalidad, sin asfixiarse. En el siguiente ciclo lo tendremos con nosotros. Él y su mujer habían dado positivo. Ya están recuperados. Me alegro muchísimo por él, no se merece lo que le ha pasado, realmente nadie se lo merece, pero es que a Miguel lo conozco bien y es muy buena persona. He tenido un desayuno algo más feliz que días atrás.           Ayer noche, realmente era el día de hoy, a eso de las doce de la madrugada

UNA SEMANA DESPUÉS

          Ha pasado una semana desde mi última entrada. He estado trabajando y entre eso y algunas cosas más que me tenían ocupado no me encontraba ni con ánimo ni con energía para escribir.           A nivel familiar la cosa, sencillamente, va. Ya os comenté lo de mi tío José y su incineración. Mi tía Nieves, la esposa del hermano pequeño de mi padre, sigue en casa sola, mejorando lentamente de los síntomas que presentaba. El que peor está es mi tío Eulalio, el marido de mi tía Nieves. Sigue sedado, entubado y en los últimos días han tenido que practicarle una traqueotomía. Parece ser que al bajarle la sedación, por ir devolviéndolo a un estado más o menos normal, no ha respondido todo lo bien que se esperaba y de ahí la intervención en la tráquea.           Hoy lunes empiezo un período de siete días para descansar. No acudir al trabajo. Hacer acopio de energía física y mental para la siguiente semana. Tras darle muchas vueltas a varios aspectos de mi vida, mi manera de ser y

DIAS 16 Y 17

          He dejado un día por medio en el blog por una razón muy sencilla. A veces sentimientos tristes y pesimistas se apoderan de mi mente y me dejan tocado de tal modo que me cuesta respirar. Afortunadamente tengo recursos para salir de ese estado y retomar la relativa normalidad que estos días tenemos todos.                     Una reflexión que sigue danzando con frecuencia por mi cabeza, que he compartido en charlas telefónicas y por conversaciones de Whatsapp con amigos, compañeros y familiares es que la situación que estamos viviendo actualmente no nos va a cambiar en nada en el futuro. Me explico. El que era malo, lo es ahora y lo seguirá siendo y sucede lo mismo con las buenas personas. Ahora todo son actos, gestos y palabras emotivas, sinceras, amables, humanas y mil calificativos más. Cuando esto pase, porque no dudéis que pasará, al principio todo será "nuevo" nos cogeremos con ganas, por resumirlo de una manera vulgar. Nos abrazaremos, saldremos más a la