Ir al contenido principal

DIA 26 DE CONFINAMIENTO




          He dormido diez horas casi del tirón. Increíble. Una buena cura de sueño. Cuando me he levantado pensé por un momento en lo primero que haría cuando todo esto acabe. No supe darme respuesta. Seguramente continuaría con mi vida en el mismo punto en el que la dejé. Como decíamos ayer que diría Fray Luis de León, y no San Juan de la Cruz. (Dicebamus hesterna die).
         

          Mi antiguo compañero en la unidad de protección social, Miguel, ha recibido el alta médica. Una alegría enorme. Me comenta que ya puede ir haciendo cosas por casa con total normalidad, sin asfixiarse. En el siguiente ciclo lo tendremos con nosotros. Él y su mujer habían dado positivo. Ya están recuperados. Me alegro muchísimo por él, no se merece lo que le ha pasado, realmente nadie se lo merece, pero es que a Miguel lo conozco bien y es muy buena persona. He tenido un desayuno algo más feliz que días atrás.
          Ayer noche, realmente era el día de hoy, a eso de las doce de la madrugada, poco antes de acostarme, felicité el cumpleaños a mi amigo Nacho. Nos conformamos con seguir vivos. Dentro de no mucho también será el cumpleaños de mi padre y tocará seguir en casa, sin poder celebrarlo. Seguir sanos y vivos es lo que importa.
          David, mi amigo el informático como me gusta llamarle, va mejorando muy despacito tras diecisiete días contagiado. El fin de semana tuvo una recaída con diarrea y fatiga. Hoy martes parece estar mejor. Dice que ahora la ropa le quedará de puta madre y nos echamos unas risas. Es un tío muy optimista, cuando esto pase dejará todo y se irá a vivir a la playa, a cumplir su sueño.
          Mi tío Eulalio parece que responde al tratamiento. Los sanitarios que se encargan de él le hablan, pese a estar menos sedado, y parece que va respondiendo a los estímulos. Al final del túnel siempre hay luz.


          Esta semana pasada Jorge y yo, junto a Rubén y Carlos, tuvimos que detener a una mujer, creo recordar ucraniana, por resistencia y desobediencia a los agentes de la autoridad. Estas situaciones son complicadas. Detener a una persona ya es difícil, pero hacerlo con el riesgo de contagio es un hándicap aún mayor.
          La mujer llevaba todo el día ebria en casa y discutiendo con su novio. Al parecer le había pillado viendo porno y no le gustó un pelo. La situación llegó a tal extremo que empezó a gritar y tirar cosas. Los vecinos llamaron. Cuando llegamos allí aquello parecía una batalla campal. El chaval en una esquina arrinconado y ella, fuera de sí, destrozando la casa. Se encaró con los cuatro policías que allí estábamos. Le tuvimos que pedir la documentación para identificarla más de diez veces. Accedió a bajar a la calle conmigo y con otro compañero a fumarse un cigarro por ver si se calmaba. Le volví a pedir la documentación y volvió a los gritos, a acercarse demasiado sin guardar la distancia de seguridad y a intentar escabullirse entre los coches aparcados. Tuve que retenerla del brazo en más de dos ocasiones, quería irse sin identificarse después de habernos insultado, gritado y demás. No nos quedó otra opción que tirar de su bolso para sacar la cartera y encontrar el NIE. Cuando hicimos esta maniobra entre los cuatro policías que estábamos interviniendo, nos dijo de todo. Finalmente la detuvimos. Aún así aquí no acaba la cosa. Una vez detenida, en comisaría daba patadas al mobiliario, rompió una mampara, seguía gritando, escupía, sí, leéis bien, escupía e incluso cuando nos vimos obligados a llevarla a urgencias del hospital, por evitar que se lesionase, se encaró con la doctora que la atendió.
          No es de recibo que esa doctora aguante eso. Que tengamos que acudir a urgencias de un hospital cuando las urgencias ahora mismo están para otras cosas. Que como policías tengamos que tolerar en un estado de alarma situaciones así. Pero los estúpidos lo eran antes, ahora y seguirán siéndolo después.
          Si a alguien, espero que no, le molesta los términos en los que me expreso con este tipo de personas o incluso si considera que hay que ser condescendiente con esta mujer, lo siento, soy policía y actúo conforme a los hechos objetivos que me encuentro. No podemos tolerar que nadie nos grite, nos insulte, nos escupa y no nos haga caso. Y para colmo que una señora, totalmente desequilibrada por una situación personal, se encare con un sanitario en unos momentos en los que todos los médicos están soportando una carga laboral y emocional importante.


          Ayer salí a las ocho, cita ineludible, a aplaudir. Mayte no quiso. También me sucede a veces. Son días. Imagino que como todas las personas. Días que aplaudes días que no. Lo que noto en mi barrio, en los balcones y terrazas, es que cada vez sale menos gente a aplaudir ¿Será que la esperanza va mermando?


          Charly me manda dos temas para la playlist: Un rayo de luz de McEnroe y El poeta Halley de Love of Lesbian. Mi amigo Kebran suma otro tema más a la lista con Cuarto sin ventana de Kutxi Romero. Yo añado uno que Mayte me ha recordado esta mañana: In this shirt de The Irrepressibles.


          Os dejo dos poemas:


DE LA SOLEDAD NO BUSCADA


deambular en un intento de no perder la calma
mientras las manos en los bolsillos desatienden los carriles de la noche

quedaron lejos los caminos donde los cocodrilos sueñan con ahogados

hay un cielo
que sin fuerza
disloca acertijos a la altura de unas sienes encanecidas

el rumor de un tubo de escape prolongado
pretende ser un fa sostenido

sostener

sostener es una palabra con demasiadas acepciones
demasiadas heridas como para pensar mal de uno mismo

lamer cicatrices como autoconocimiento
escarbar en el apeadero más lejano para seguir adelante

he querido apuntalar mis rodillas
y así erguirme
formar mi esqueleto de sílabas


**********


DE LOS SUICIDIOS EN UN PAÍS MEDITERRÁNEO FRUTO DEL DESEMPLEO

(basado en una noticia de prensa)

la mueca daña en el momento segundo de barandilla
como testigo gélido entre bambalinas de nubes

el paso

suponer el pie adelantado
imaginarse la siguiente situación en la que una casa debe acostumbrarse a la soledad

recibir el golpe de la misma llave
con la que una vez abriste la puerta

resulta imposible fijar el ímpetu y evitar el desborde
huele demasiado a cuchillo despierto

nadie recogerá tu asombro de la terraza
las niñas se harán collares con tus uñas


(Ambos textos extraídos de PÁRAMO DE CLAVÍCULAS de Ángel Muñoz editado con Ediciones en Huida en 2014).


Playlist del blog:

.Contando lunares de Don Patricio.

.Autoconversación de Pasajero.

.Las tres estaciones de Max Richter, adaptación del original de Vivaldi.

.Split de Rauelsson.

.Un día en el parque de Love of Lesbian.

.Manhattan de Quique González.

.Aire puro de Pablo Und Destruktion.

.Dulce introducción al caos de Extremoduro.

.Indestructible de La habitación roja.

.Las salas de espera de Vetusta Morla.

.No puedo vivir sin ti de Coque Malla y Anni B Sweet.

.Telefonía de Jorge Drexler.

.After crisálida de Luis Brea y el miedo.

.Palos de ciego de Izal.

.Rugen las flores de McEnroe.

.Young and Foolish de Bill Evans.

.La versión oficial de Lapido.

.Nadie te devolverá el favor de Viva Suecia.

.Viajero de DePedro.

.Los males pasajeros de Love of Lesbian.

.Disco Sneeuwland de Oskar Schuster.

.Islas mujeres de Javier Ruibal.

.La llamada de David Cordero y Carles Guajardo.

.Monstruos de Leiva.

.El imposible de Modelo de respuesta polar.

.Frío de Alarma.

.Tierra de Xoel López.

.Un rayo de luz de McEnroe.

.El poeta Halley de Love of Lesbian.

.Cuarto sin ventana de Kutxi Romero.

.In this shirt de The irrepressibles.
         

Comentarios

  1. cuando se acabe esta playliste me pondré con ella, mientras amigo mio, fuerza y paciencia. Saludos desde la huerta profunda.

    ResponderEliminar
  2. Exacto Cepeda, un día menos. No sé aún muy bien para qué pero un día menos, no sé si de vida o para salir a la calle. Seremos positivos.

    ResponderEliminar
  3. Amigo, Adán, te mando un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

DIA 29 CONFINAMIENTO

          A estas horas estoy más sosegado. He llorado a moco tendido entre las cuatro paredes de mi casa. Qué otra cosa puedo hacer.           Mañana seguirán dando estadísticas de infectados, sanados y fallecidos. Puros números. Mi tío Eulalio será un dígito más, como lo fue mi tío José. Hoy quiero recordarlos a los dos. Porque sí. Porque no quiero que su vida quede reducida a un número, no me sale de las narices. Porque nadie se acordará de ellos cuando esto pase salvo su familia. Porque sé que en otras casas están pasando estos dramas pero este drama es el mío y me apetece desahogarme. Porque es muy probable que este blog, cuando esto acabe, no tenga trascendencia alguna (tampoco es que tenga demasiada ahora), pero sí me gustaría que en algún lado, aunque sea en la puñetera red de internet los nombres de mi tío José y mi tío Eulalio salgan, que no sean dos anónimos más. Al menos hoy lo quiero así, no me apetece otra cosa. Si hago lo contrario a lo que ahora me dicta el corazón

DIA 11

          Anoche me llevé un pequeño sofoco a raíz de una discusión con los únicos amigos que mantengo del mundo de la poesía al que yo pertenecí unos años atrás.           Hace tiempo escribía poesía, publicaba algún libro que otro, acudía a recitales. Ya no. No me apetece, no tengo ganas, es un mundo, ese al que acudía, que me parece vacío, carente de sentido, gente cargada de ego por escribir sus ripios, como yo, y que se creían o se creen mejores, gente que cree que la poesía salvará al mundo. La poesía no salva a nadie. La poesía es un entretenimiento, un arte, una vía de expresión, pero no salva vidas. Siento ser tan práctico. Pero poco a poco voy descubriendo lo que realmente importa en esta vida. Y lo que importa son las personas, no solo ahora por la situación dramática que tenemos, también antes. A mí qué más me da que los versos de quién sea estén a la altura de Chantal Maillard o Pessoa si luego es un imbécil como ser humano. Sigo leyendo poesía porque me gusta, trato d

DÍA 1

          Me llamo Ángel Muñoz y soy Policía en el municipio madrileño de Móstoles. He creado este espacio común con la intención de contar, evitar asfixiarme. No busco concienciar a nadie. Como bien me aconsejó mi querido Alberto Torrego, durante un libro sobre el que trabajamos meses y cuya publicación luego se vio truncada, escribiré de una manera directa, sin rodeos, con la intención de no confundir al lector.           Nadie es ajeno a la situación dramática que a día de hoy vivimos en nuestro país, aquel que a estas alturas de la película esté desinformado vive en otro planeta.                   Llevo más de 15 años ejerciendo mi labor profesional en el municipio anteriormente mencionado. Un municipio situado al suroeste de la Comunidad de Madrid, la cual, a estas horas en las que escribo, es la comunidad, que no la única, más asolada por la terrible pandemia del coronavirus o Covid 19.           Estoy librando. Llevo bastantes días, como la mayoría de la ciudadanía