Ir al contenido principal

DIA 5




          El retraso en la entrada de hoy se debe sobre todo y únicamente a motivos de cansancio. No es fácil estar ahí afuera, trabajar, mantener la calma, volver a tu casa y cenar y a la cama como si nada. La tensión se acumula y debe salir por algún lado.


          Me gustaría en esta entrada contaros un poco el protocolo que nosotros, mi compañero Jorge y yo, estamos llevando a cabo en la calle para actuar con la gente. No sé si será el más adecuado o no pero es el que nosotros empleamos basándonos en el sentido común, más que nada porque hay demasiada información que se contradice la una a la otra.
          Vamos vigilando las zonas asignadas, que son muchas y muy habitadas, con el vehículo. Vemos gente por la calle con bolsas que van a comprar, paseando al perro, paseando sin nada en las manos y circulando con su vehículo. Bien es cierto que por fin y cada vez más la ciudadanía está empezando a entrar en razón, pero aún quedan muchos que consideran que todo esto que está pasando es una pantomima.
          La selección que hacemos a la hora de interrogar a la ciudadanía es un poco arbitraria, guiándonos por el sentido común. Se nos puede engañar con facilidad y de hecho se hace por parte del típico bobo que cree que esto sigue siendo un juego.

          Hemos pillado a gente que lleva más de una hora paseando con el carro de la compra vacío, gente con su perro que tiene la jeta de reconocer que lleva media hora en la calle o gente con el carro de la compra lleno que lo usa como excusa ante nosotros para darse un paseíto. No voy a enumerar casos que nos vamos encontrando en la calle porque sino se convertiría en una retahíla interminable. Lo que si haré es contaros un par de casos de ayer que nos dejaron totalmente pasmado. Eso será un poco más adelante. Volvamos al protocolo.
          Lo dicho. Cuando a Jorge y a mí nos da en la nariz que alguno de los que va por la calle no está haciendo lo que debería nos acercamos con el coche. Dentro del vehículo, por cierto, antes de montarnos en él lo limpiamos a fondo con alcohol y papel, y nosotros vamos sin guantes y sin mascarilla dentro. Es absurdo puesto que compartimos un habitáculo tan pequeño durante tantas horas que si lo pilla uno lo pilla el otro.
         Pues bien, como iba diciendo nos acercamos a la persona en cuestión con el patrulla y le preguntamos qué dónde va o qué es lo que está haciendo en la calle. Hemos descubierto por experiencia que el mentiroso titubea, el que está haciendo lo que debe contesta con celeridad, normal puesto que todo el mundo tiene miedo y hay tensión, para los mentirosos estos términos no existen. Aún así seguro que muchos nos la están colando pero no se nos ocurre otro método a usar que el mencionado. Si el que está infringiendo titubea o su respuesta no es clara bajamos del coche, nos acercamos a él siempre con una distancia de seguridad mayor a la recomendada y mientras le interrogamos con preguntas cargadas de sentido común nos vamos poniendo los guantes de látex para coger su documentación. Tras el cuestionario y si observamos que está engañándoños o lo que nos dice no nos cuadra o si sencillamente se confiesa (muchos lo hacen), procedemos con nuestro teléfono móvil a fotografiar su documento (para estar el menor tiempo posible expuestos), se le devuelve el mismo y se le indica que vuelva a su casa y que queda denunciado. Al quitarnos los guantes lo hacemos con sumo cuidado, los metemos en el patrulla en un lugar seguro, nos desinfectamos las manos con alcohol higienizado, rellenamos el acta dentro del coche y seguimos.
          Creemos que el uso de mascarilla lo debemos hacer cuando el contacto, por narices, debe ser muy cercano o cuando entramos en recintos cerrados, más que nada por no ir agotando unos medios que a día de hoy aún son escasos.
          No sé si será la mejor manera de proceder, casi todos lo estamos haciendo así, unos más neuróticos que otros, pero es el protocolo que Jorge y yo hemos ideado. Aún así somos conscientes de estar trabajando a ciegas.


          Los dos casos más impactantes de ayer fueron los que os paso a contar.
         
          Nos llaman los vecinos de un barrio y nos cuentan que hay un tipo paseando por el mismo con una bolsa de rafia, que lleva más de una hora por distintas calles. Los vecinos nos dan la descripción desde la terraza. Localizamos al sujeto y tras el interrogatorio vemos que nos está mintiendo pero con una cara dura impresionante, termina por reconocer que sí que lleva paseándose un rato. Lo alucinante es cuando le pedimos la documentación y junto con la misma nos enseña un carnet del ejército. Es capitán. Jorge y yo nos quedamos helados, le pego una bronca de tres pares de narices recordándole lo que es y la puñetera responsabilidad que tiene. Se marcha a su casa con 600 euros de multa y el rabo entre las piernas. Los vecinos alucinaron tanto como nosotros o más al enterarse que era militar. Ya en el patrulla tardamos un buen rato en digerir el asunto.

          El siguiente personaje, siento el calificativo pero es que no puedo dejar de enfadarme pese a mantener la compostura en la calle lo mejor que se, es un chico Guineano que va andando por la vía pública con síntomas claros de haber bebido alcohol, nos dice con todo su morro que viene de una fiesta en casa de sus amigos a las seis de la tarde, repito, una fiesta a las seis de la tarde en casa de unos amigos. Y que va camino de la suya en la otra punta del municipio. Automáticamente denunciado.

          Lo reitero, hacemos lo que debemos pero sobre todo lo que podemos. Colaboración ciudadana, colaboración y más colaboración porque esto es muy difícil.
          Quiero acordarme de mi compañero Roberto "El Lobo" que va mejorando de sus síntomas y sobre todo de Manuel "El Pistacho".
          Lo digo en serio, Manuel "El Pistacho" es un compañero que ha sido duramente criticado durante años por su comportamiento al encadenar una baja tras otra, lo que nadie sabe es que este chaval ha tenido mala suerte y que, además, su salud es más frágil de lo habitual. Pues el tipo está todos los días, de momento sano como un roble, en su coche, en la calle y con su compañero. No se quita la mascarilla ni para mear, podría haberse acobardado y quedarse en casa pero no lo ha hecho. Manu eres un valiente.

          Chicos, vosotros sabéis quiénes sois, gracias por todo vuestro apoyo ayer que espero no sea solo verbal. Ya sabéis el trago amargo que pasé.


          Voy a activarme un poquito que en breve empezamos otra vez a salir a la calle. A todos los que me conocen que sepan que les quiero.


          Mayte ha puesto en la mini cadena la adaptación de "Las tres estaciones" de Vivaldi realizada por Max Richter. Es una delicia para un día como hoy.

Comentarios

  1. No se Ángel la impresión que me da es que nadie tiene ni puta idea de cómo enfrentarse a esto y los que mandan tampoco.
    El hecho de que a vosotros no se os haya dado un protocolo de actuación para actuar en estos casos o de que no haya mascarillas por ninguna parte ni los suficientes test ni equipaciones para los que os la estáis jugando es producto de la falta de previsión e ineptitud de quien debería haber tomado la decisión de aislar los primeros focos y no lo hizo .
    Ahora nos han aislado a todos porque sencillamente nadie tiene ni idea de dónde están esos focos .
    Pero enfin las moscas a cañonazos también mueren

    ResponderEliminar
  2. No puedo estar más de acuerdo, Néstor. Cuidate mucho y se te quiere.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

DIA 29 CONFINAMIENTO

          A estas horas estoy más sosegado. He llorado a moco tendido entre las cuatro paredes de mi casa. Qué otra cosa puedo hacer.           Mañana seguirán dando estadísticas de infectados, sanados y fallecidos. Puros números. Mi tío Eulalio será un dígito más, como lo fue mi tío José. Hoy quiero recordarlos a los dos. Porque sí. Porque no quiero que su vida quede reducida a un número, no me sale de las narices. Porque nadie se acordará de ellos cuando esto pase salvo su familia. Porque sé que en otras casas están pasando estos dramas pero este drama es el mío y me apetece desahogarme. Porque es muy probable que este blog, cuando esto acabe, no tenga trascendencia alguna (tampoco es que tenga demasiada ahora), pero sí me gustaría que en algún lado, aunque sea en la puñetera red de internet los nombres de mi tío José y mi tío Eulalio salgan, que no sean dos anónimos más. Al menos hoy lo quiero así, no me apetece otra cosa. Si hago lo contrario a lo que ahora me dicta el corazón

DIA 11

          Anoche me llevé un pequeño sofoco a raíz de una discusión con los únicos amigos que mantengo del mundo de la poesía al que yo pertenecí unos años atrás.           Hace tiempo escribía poesía, publicaba algún libro que otro, acudía a recitales. Ya no. No me apetece, no tengo ganas, es un mundo, ese al que acudía, que me parece vacío, carente de sentido, gente cargada de ego por escribir sus ripios, como yo, y que se creían o se creen mejores, gente que cree que la poesía salvará al mundo. La poesía no salva a nadie. La poesía es un entretenimiento, un arte, una vía de expresión, pero no salva vidas. Siento ser tan práctico. Pero poco a poco voy descubriendo lo que realmente importa en esta vida. Y lo que importa son las personas, no solo ahora por la situación dramática que tenemos, también antes. A mí qué más me da que los versos de quién sea estén a la altura de Chantal Maillard o Pessoa si luego es un imbécil como ser humano. Sigo leyendo poesía porque me gusta, trato d

DÍA 1

          Me llamo Ángel Muñoz y soy Policía en el municipio madrileño de Móstoles. He creado este espacio común con la intención de contar, evitar asfixiarme. No busco concienciar a nadie. Como bien me aconsejó mi querido Alberto Torrego, durante un libro sobre el que trabajamos meses y cuya publicación luego se vio truncada, escribiré de una manera directa, sin rodeos, con la intención de no confundir al lector.           Nadie es ajeno a la situación dramática que a día de hoy vivimos en nuestro país, aquel que a estas alturas de la película esté desinformado vive en otro planeta.                   Llevo más de 15 años ejerciendo mi labor profesional en el municipio anteriormente mencionado. Un municipio situado al suroeste de la Comunidad de Madrid, la cual, a estas horas en las que escribo, es la comunidad, que no la única, más asolada por la terrible pandemia del coronavirus o Covid 19.           Estoy librando. Llevo bastantes días, como la mayoría de la ciudadanía